Cólicos: Una guía para la supervivencia de los padres WIC
A pesar de que pasaron muchos años, recuerdo claramente los llantos extremos todas las noches desde las 7:00 hasta las 11:00 p. m. Cuando mi hijo estaba en medio de su cólico, hubo momentos en que mi esposo y yo tuvimos que tomarnos turnos de 15 minutos con él, porque ninguno de nosotros podía tolerar el llanto durante mucho tiempo. Intentamos todo lo que se nos ocurría y nada ayudaba. Llevamos a nuestro hijo a la pediatra y nos dijo: «Felicitaciones, han sobrevivido el primer mes de cólico. ¡No se desanimen!». Estaba muy frustrada y tenía miedo de que mi bebé llorara así para siempre. Por suerte, no lo hizo.
¿Qué es un cólico?
Los cólicos ocurren cuando los bebés gritan muy alto y agudo aproximadamente a la misma hora del día, generalmente al final de la tarde o a la noche. El cólico parece comenzar sin razón, y los bebés con cólicos parecen casi imposibles de consolar.
Los bebés con frecuencia levantan sus piernas y aprietan sus puños, de manera que utilizan todo el cuerpo cuando lloran. Los cólicos son comunes en los bebés, y muy frustrante para los padres. Los cólicos suelen comenzar a las pocas semanas del nacimiento, tienen su pico alrededor de los dos meses y desaparecen aproximadamente a los cuatro o cinco meses de edad.
Hay muchas teorías sobre las causas de los cólicos; sin embargo, nunca se descubrió una causa comprobada, por lo que no hay un tratamiento que ayude a todos los bebés. Algunas de las posibles causas son las siguientes: sistemas digestivos o nerviosos inmaduros, intolerancia a la leche, reflujo, gases, cambios hormonales, depresión posparto, ansiedad maternal o no recibir suficiente segunda leche al amamantar. Algunos profesionales de la salud creen que los cólicos son una respuesta al dolor mientras que otros piensan que es una etapa normal del desarrollo de los bebés.
Si piensas que tu bebé tal vez tiene cólicos, haz lo siguiente:
- Lleva un registro de sus llantos que incluya los horarios de inicio y finalización y todo aquello que pareciera tranquilizarlo.
- Escribe qué y cuánto come, cuánto demora y con qué frecuencia regurgita.
- Lleva un registro de sus deposiciones, especialmente todo cambio.
- Habla con su proveedor de atención médica acerca de una causa médica como reflujo o sensibilidad a la leche.
- Asegúrate de que tu bebé se prenda bien al pecho. Si no se prende bien, los pechos no se vacían correctamente y el bebé ingiere aire.
- Si estás amamantando, tu bebé puede tener sensibilidad a algún alimento que estés comiendo. Intenta reducir los productos lácteos durante unas semanas para ver si hay alguna diferencia. La cafeína, el trigo y la soya son otros alimentos en tu dieta a los que tu bebé pudiera tener sensibilidad; intenta eliminarlos de tu dieta uno a la vez.
- Mientras le des el pecho, asegúrate de no cambiar de lado demasiado rápido. Vaciar un pecho antes de cambiar de lado garantizará que el bebé reciba suficiente segunda leche de mayor contenido graso.
- Si tienes un reflejo de bajada de leche hiperactivo, tu bebé puede estar malhumorado en consecuencia. Habla con una consejera o consultora de lactancia de WIC.
- Si utilizas fórmula, pregunta a tu profesional de la salud si sería de ayuda cambiar a otra fórmula.
- Sostenerlo a él y su biberón de forma más vertical al alimentarlo o probar una tetina o un biberón diferente puede ayudar a reducir los gases.
Desafortunadamente, quizás no haya nada que prevenga o detenga los cólicos; a continuación, encontrarás unas técnicas que pueden ser útiles:
- Sostenerlo
- Mecerlo
- Envolverlo
- Utilizar un asiento vibratorio para bebés
- Colocarlo sobre su lado izquierdo o con su estómago sobre tu regazo y palmear su espalda
- Hacerlo callar
- Columpiarlo en un columpio o en tus brazos
- Utilizar un chupón
- Reproducir música suave o cantar
- Caminar
- Dar vueltas en el automóvil
Si sus cólicos están afectando su alimentación, infórmaselo al profesional de la salud. Un bebé con cólicos generalmente aumenta bien de peso y es saludable. Si alguna vez tiene problemas para respirar o sus labios o rostro se tornan azulados o grises al llorar, comer o dormir, llama a su profesional de la salud o consigue atención médica de emergencia.
Sin importar si estás exhausta y frustrada, nunca debes olvidar que ¡JAMÁS DEBES SACUDIR A UN BEBÉ! Sacudir a un bebé puede causar daño cerebral permanente, ceguera e incluso la muerte. Si comienzas a enojarte, acuéstalo en su cuna y tómate un descanso de 10 minutos. Siéntate afuera, ponte los audífonos y escucha tu música favorita o toma una ducha caliente para relajarte. Nunca temas pedir ayuda: no es necesario que pases por esto sola. Pide a un amigo o a un familiar que lo cuide para que puedas salir de casa. Habla con alguien. Diles cómo te sientes y llama a tu profesional de la salud si te sientes deprimida o te cuesta manejar esto.
Piensa en positivo: los cólicos no son para siempre y no hay efectos permanentes en tu hijo al crecer. Los cólicos de mi hijo terminaron después de cuatro meses y ahora es un adolescente saludable y feliz.