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A Destiny le encantaba usar prendas que destacaran su pancita de embarazada. Su embarazo iba de maravilla, excepto por la acidez gástrica frecuente. Lo que Destiny no sabía era que los jeans ceñidos y las blusas apretadas podían empeorar la acidez aún más. Destiny estaba dispuesta a probar cualquier cosa porque no importaba qué comiera o bebiera, la acidez aparecía. La acidez gástrica es dolorosa y es un problema frecuente durante el embarazo, sobre todo en la segunda mitad. Afortunadamente, por lo general, es un problema fácil de solucionar.

¿Cuáles son las causas de la acidez gástrica?

Las hormonas. Como cualquier otro cambio en tu cuerpo debido al embarazo, este también se le puede atribuir a las hormonas. Las hormonas provocan que el músculo entre el estómago y el esófago se relaje. El esófago es el tubo que conecta el estómago con la garganta. Si el músculo se relaja cuando no tiene que hacerlo, el ácido del estómago puede subir por el esófago hasta la garganta y causar esa sensación de ardor intenso.

El bebé que crece. A medida que el bebé crece durante el embarazo, presiona el estómago hacia arriba, lo que hace que se pegue al esófago.

El estómago llego. Comer o beber demasiado en determinado momento puede hacerte sentir que el estómago está “desbordado” y hacer que el ácido estomacal “retroceda”.

¿Cuáles son las causas de la acidez gástrica?

¿Qué puedes hacer?

Al acostarte, el ácido en el estómago sube y provoca acidez, por lo que no es recomendable que te recuestes después de comer. Es mejor esperar entre dos y tres horas después de comer para recostarse.
Evita inclinarte hacia delante después de comer. Inclinarse para alzar a un niño, levantar los juguetes o quitar las malezas puede mover el ácido en el estómago.
Mantén la cabeza elevada cuando duermas. Elevar la cabeza de cuatro a seis pulgadas por encima del resto del cuerpo puede ayudar.

Las bebidas con cafeína, como el café y el té.
Los alimentos grasosos y fritos.
Las bebidas con gas, como los refrescos o el agua con gas.
Los cítricos, como el jugo de naranja y la limonada.
El tomate, la salsa de tomate, el kétchup y la mostaza.
Los alimentos picantes y con salsa.
La cebolla y el ajo.
El chocolate y la menta.

Para Destiny fue una sorpresa descubrir que estaba haciendo muchas cosas que empeoraban la acidez gástrica. Cuando cambió su alimentación y algunos otros hábitos, esa sensación de ardor se volvió algo del pasado.